
Por Fred Nixon Prado.
La Biblia contiene alrededor de 775,000 palabras agrupadas en 31,102 versículos, considerando el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento juntos. Solo leerla de forma rápida, de principio a fin, sin comprenderla, puede tomar 5 días (las 24 horas). Incluso la dedicación de un día entero para el estudio de un libro aparentemente breve como Abdías, compuesto por 21 versículos, que constituye solo el 0.0675% del Libro Santo, revela la profundidad de esta obra. Contemplar seriamente todos los libros contenidos en esta inmutable Escritura podría requerir más de 25 años de dedicación constante. Sin embargo, comprender y obedecer cada palabra, como está escrito, es un camino que lleva toda una vida terrenal; y nos quedariamos cortos; Esto es con el fin de señalar que Dios ya nos ha hablado, y en ella tenemos todo lo necesario (2 Pedro 1:3), A pesar de esta completa revelación, algunos, aunque no lo expresen abiertamente, desean más, como si lo que Dios ha hablado fuese insuficiente. Por lo tanto, algunos creen que Dios continúa dando nuevas revelaciones y hablando en diversos modos, a través de sueños, visiones y experiencias extraordinarias. Esto nos conduce a una reflexión profunda. Si luchamos por obedecer lo que ya ha sido escrito y revelado, ¿cómo podríamos enfrentar la responsabilidad si Él continúa otorgando más revelaciones? lo que Él nos provee hoy segun la biblia es iluminacion (Juan 16:13), para entender lo que ya esta escrito.
La Biblia responde a esto. Si este fuera el caso, esto nos expondría a Su juicio (Lucas 12:47). Y no como algunos piensa, que es una bendición especial sobrenatural solo para los más espirituales. Es mejor obedecer lo «poco» que está escrito en toda la Biblia que buscar que Dios nos hable mucho más por otros medios y finalmente no obedecerla. Pues toda palabra que Dios habla es autoritativa porque sale de Su boca. Si alguien dice que Dios le habla de otras formas, eso tiene el mismo nivel de autoridad que Su palabra.
En oposición a la búsqueda de experiencias místicas y revelaciones personales, la Biblia nos insta a prestar una atención especial a la palabra profética más segura que las experiencias, es decir, las Escrituras (2 Pedro 1:19-21).El discernimiento es una habilidad esencial para todo creyente, ya que nos permite distinguir entre la verdad y el error, entre lo que es bíblico y lo que no lo es. En el mundo actual, donde las experiencias religiosas y misticas han ganado terreno, es fundamental entender la importancia de aferrarse a la Palabra de Cristo en lugar de confiar ciegamente en las experiencias personales.
Advertencia contra el Misticismo en Colosas
En la epístola del apóstol Pablo a la iglesia en Colosas, se aborda el tema del misticismo que estaba afectando a los creyentes en ese lugar. Algunos afirmaban tener una unión especial con Dios a través de visiones y experiencias místicas, lo que los llevaba a adorar a los ángeles y menospreciar la suficiencia de Cristo. Pablo advierte en Colosenses 2:18-19 (NVI):
«Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal. Y no se aferra a la cabeza, de la cual todo el cuerpo, alimentado y unido por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.»
Esta advertencia de Pablo sigue siendo relevante en la actualidad, ya que el misticismo todavía está presente en algunas corrientes cristianas y puede llevar a la adoración de experiencias y seres espirituales, en lugar de centrarse en la suficiencia de Cristo.
La Naturaleza del Misticismo
El misticismo es la creencia en que el conocimiento directo de Dios o de la realidad última se logra a través de experiencias personales y subjetivas, independientes de la revelación divina objetiva. Arthur Johnson, profesor de la Universidad Estatal de West Texas, describe el misticismo como un evento principalmente emotivo y subjetivo, que a menudo carece de aspectos cognitivos y racionales. Las experiencias místicas se basan en la intensidad emocional y la auto-autenticación, lo que puede llevar a una interpretación errónea de la verdad.
El Misticismo en las “Iglesias” Pentecostales, Carismáticas y otros.
El misticismo moderno ha encontrado un terreno fértil en el movimiento carismático, que a menudo enfatiza las experiencias sobrenaturales, las visiones y las revelaciones personales («manifestaciones del Espíritu Santo».). Esta tendencia a menudo lleva a un rechazo de la razón y la verdad, creando un conflicto con la Escritura y con la figura de Cristo como la única fuente de verdadera espiritualidad. Muchos se dejan llevar por la búsqueda de experiencias especiales en lugar de confiar en la Palabra de Dios, Una iglesia que hace esto más rápido de lo que podría pensar estará involucrada en toda esta subjetividad, desviada de la verdad, pues será esclavizada por la experiencia, pues como dice el lema: «Con los que los atrajiste, debes mantenerlos».
A esto se le agrega el hecho de que numerosas creencias erróneas, tales como los mormones que las llaman («manifestaciones»), el sufismo del Islam («kashf» o «mushahadah».), Budismo (anubhava» o «anubhuti») y el budismo («samadhi» o «jhana»), también aseveran haber tenido vivencias espirituales (Conexión espiritual) en nombre de su deidad. Debemos considerar estas afirmaciones?, ¿por qué Dios procedería de esta manera? ¿Podríamos afirmar con certeza que lo que Dios me comunica proviene directamente de Él, mientras que lo que comunica a otros es falsedad? ¿Cuál sería el fundamento de esa declaración? hariamos bien escuchar al profeta Jeremias cuando dijo: «Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.» Jeremías 23:16:
Ejemplos de Experiencias Místicas Falsas
Irónicamente, ha surgido una nueva raza de profetas autoproclamados. Estos charlatanes religiosos pregonan sus propios sueños y visiones con una frase diferente: «El Señor me dijo….” Eso es misticismo, y se alimenta de gente que busca alguna verdad secreta que se sume a la simplicidad de la Palabra entregada de una vez para siempre de Dios.
El pastor John Macarthur escribio la experiencia de un un conocido pastor carismático en donde decia que: «a veces, por la mañana, cuando se está afeitando, Jesús entra en su baño y pone su brazo alrededor de él y tienen una conversación. «¿Realmente cree eso? No lo sé. No lo sé. Tal vez quiere que la gente crea que es más íntimo con Cristo que la mayoría de nosotros. En cualquier caso, su experiencia contrasta fuertemente con los relatos bíblicos de las visiones celestiales. Isaías estaba aterrorizado cuando vio al Señor e inmediatamente confesó su pecado (Isaías 6:5). Manoa temió por su vida y dijo a su mujer: «Moriremos, porque hemos visto a Dios» (Jueces 13:22). Job se arrepintió en polvo y cenizas (Job 42:5-6). Los discípulos estaban petrificados (Lucas 8:25). Pedro le dijo a Jesús: «Aléjate de mí, Señor, porque soy un hombre pecador». (Lucas 5:8). Cada uno de ellos estaba abrumado con un sentido de pecado y temía el juicio. ¿Cómo podría alguien hablar y afeitarse casualmente en la presencia de un Dios infinitamente santo?
El pastor John Macartur en un articulo en que expone estas cosas relata que un periódico local habló una vez de un conocido evangelista de la televisión que estaba durmiendo una siesta en su casa cuando de repente, dijo, apareció Satanás mismo, lo agarró del cuello con ambas manos y trató de estrangularlo hasta la muerte. Cuando gritó, su esposa entró corriendo en la habitación y ahuyentó al diablo. Ese mismo hombre ha reportado otras experiencias extrañas a lo largo de los años.
Y tambien escribe y cito : «La gente comienza a buscar experiencias paranormales, fenómenos sobrenaturales y revelaciones especiales, como si nuestros recursos en Cristo no fueran suficientes. Hacen girar sus puntos de vista de Dios y de la verdad espiritual partiendo de sus propios sentimientos auto-autentificados y auto-generados, que se vuelven más importantes para ellos que la Biblia. Crean experiencias en sus mentes a partir de las cuales desarrollan un sistema de creencias que simplemente no es verdadero, abriéndose a un mayor engaño e incluso a influencias demoníacas. Ese es el legado de lo místico.»
El Misticismo Dificulta el Discernimiento
El misticismo socava el discernimiento en la iglesia, ya que las personas tienden a confiar en las experiencias y revelaciones personales de sus líderes en lugar de cuestionar y comparar lo que se les enseña con la Palabra de Dios. Esto permite que líderes sin escrúpulos manipulen a las personas y las lleven por caminos falsos en busca de experiencias extraordinarias. El misticismo socava la sana doctrina y la autoridad de la Escritura, lo que puede resultar en la aceptación de enseñanzas erróneas. Lo que ellos consideran como fe en Cristo es realmente duda buscando pruebas. Estas personas débiles son víctimas fáciles de las falsas promesas del misticismo.
Bien escribe el Pastor John Macarthu que «los predicadores que se enfrentan a las enseñanzas místicas a menudo son tildados de críticos, carentes de amor o divisivos. El misticismo ha cultivado así una tolerancia para la enseñanza falsa y descuidada. Pero el mandato bíblico es claro: Debemos estar “reteniendo la palabra fiel que es conforme a la enseñanza, para que sea capaz también de exhortar con sana doctrina y refutar a los que contradicen.” (Tito 1:9).»
Lamentablemente, la sana doctrina y la verdad bíblica son escasas en los púlpitos evangélicos, reemplazadas por entretenimiento, psicología y política. El misticismo también ha permeado la iglesia, alejando a las personas de la verdad objetiva de las Escrituras. Es esencial reconocer este peligro y resistirlo.
Porque es dañino este aproximación a tu relación con Dios?
Exalta el ego
La exaltación del yo es uno de los peligros más significativos de basar la fe en experiencias personales en lugar de la Palabra de Dios. Incluso figuras bíblicas notables como el apóstol Pablo experimentaron visiones y revelaciones, pero también reconocieron la necesidad de la humildad. En 2 Corintios 12:7, Pablo habla de un «aguijón en la carne, un mensajero de Satanás» que le fue dado para evitar que se exaltara a sí mismo. Esto demuestra que nadie está inmune a la presunción, y Dios utiliza medios, incluso adversos, para mantenernos humildes.
Desalienta a los débiles en la fe
Confiar en las experiencias personales puede llevar a un desaliento injustificado en aquellos que no han tenido tales supuestas experiencias. Este punto se ilustra en la Biblia al considerar las cartas del Nuevo Testamento, que fueron escritas para personas e iglesias específicas pero que aún se incluyen en el canon para la edificación universal. En 2 Timoteo 3:16, Pablo afirma que las Escrituras son suficientes para equipar al creyente para toda buena obra, lo que significa que nadie debería sentirse insuficiente por no haber tenido una revelación personal.
Socava la confianza (Fe) en las Escrituras a otros
Depender de las experiencias personales para la fe cambia el foco de la verdad objetiva de las Escrituras a la confianza en una persona y sus afirmaciones. Esto crea una expectativa irracional de que los demás crean en estas afirmaciones sin cuestionarlas. En 2 Pedro 1:19, Pedro enfatiza que la Palabra de Dios es «más segura» que cualquier experiencia personal. Los creyentes deben recordar que la Biblia es inmutable y confiable, mientras que las experiencias pueden ser subjetivas y cambiantes, y debido a que las experiencias son falibles contrario a la palabra de Dios, estas experiencias fallaran en su mayoría y socavara finalmente en la fe en el Evangelio (la persona y la obra de Cristo) pues si fallo mi experiencia fallara Su palabra.
Crear una Cultura de Superioridad espiritual
Con el tiempo, la confianza en las experiencias personales puede crear una cultura de superioridad en las iglesias que celebran estas afirmaciones. Las experiencias se convierten equivocadamente en insignias de madurez espiritual, lo que lleva a afirmaciones cada vez más increíbles. Israel, en el Antiguo Testamento, rechazó las advertencias de Jeremías en favor de mensajes más populares y tranquilizadores (Jeremías 8:11). Esta cultura de superioridad puede empañar la pureza de la verdad.
Señalar la Suficiencia de las Escrituras
Los creyentes deben apuntar constantemente a la suficiencia de las Escrituras. A pesar de las experiencias personales, Romanos 10:17 nos recuerda que la fe viene por oír la Palabra de Cristo. Las experiencias pueden ser valiosas pero en respuesta a la palabra y esto se llama santificación, pero la fe y la verdad deben estar arraigadas en la Palabra de Dios. Las Escrituras son la base sólida que nunca cambia ni falla.
En la época de Jeremías, los profetas afirmaban tener sueños y visiones como medio de revelación divina. Sin embargo, Jeremías señaló que esto no era la manera en que Yahweh revelaba Su voluntad. A través de Jeremías, Dios les dijo que escucharán Su Palabra en lugar de confiar en los sueños de los profetas falsos (Jeremías 23:25-28).
Yahvé resaltó la conexión entre la profecía verdadera y la Palabra escrita de Dios, enfatizando que ambas son inseparables (Jeremías 23:29-32). Confiar en los sueños y visiones desvía a las personas de la Palabra de Dios y puede atrofiar su crecimiento espiritual. Esto se refleja en Efesios 4:14, donde se advierte sobre ser llevados por «todo viento de doctrina».
En lugar de perseguir sueños y visiones, los creyentes deben arraigar su fe en la Palabra de Dios. Las Escrituras proporcionan todo lo necesario para la vida y la piedad (2 Pedro 1:3). Al hacerlo, se evita caer en medias verdades y profecías falibles, manteniendo una fe sólida y estable. Como 1 Pedro 3:15 nos insta, debemos estar preparados para dar razón de nuestra esperanza a quienes la buscan.
Es importante ser sensible a los nuevos creyentes y sus experiencias, reconocer que como alguna vez nosotros ellos han comenzado a aprender el discernimiento y eso implica tiempo y paciencia. La sensibilidad no implica estar de acuerdo, pero sí escuchar y mostrar preocupación, pues finalmente en Juan 10:27. Jesús dice: «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.» …. Juan 10:5 «Pero no seguirán a un desconocido, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»

Gracias Pastor, por explicarnos este tema.
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